Capítulo 2013, hoja 1

Comienza otro cuento. Capítulo 2013. Hoja 1 de 365. Es increíble la cantidad de cosas que ya viví. Las leo y recuerdo tantas noches sin dormir, tantas felicidades efímeras, tantos abrazos, besos, risas, llantos.. La vida se me pasa como agua de río, dejándome huellas imborrables y, muchas veces, hasta dolorosas. Hoy comenzamos otro capítulo, sin trama ni coherencia. Cuesta agarrar con fuerza el lápiz para empezar a escribir. Las palabras tardan más en plasmarse. Las ideas pesan. Los ojos quieren cerrarse y sólo derramar un par de lágrimas por el capítulo que pasó. Pero no. Respiramos profundo, bien hondo, y arrancamos. Hoy, día 1, me propongo ser feliz. Tachamos. Va de nuevo. Hoy, día 1, me propongo sonreír. Volvemos a tachar. El silencio es inevitable. Respiramos hondo nuevamente y ahí va. Hoy, día 1, me propongo.. me propongo vaciar mi mente de recuerdos viejos y darle la posibilidad al tiempo de contarme una nueva historia. Mi historia. Comienzo un nuevo cuento, capítulo 2013, hoja 1 de 365...

mañana sigo

Let it be

Toda la vida consiste en eso: 'let it be', solo déjalo ser. Porque es cuando uno menos lo espera que llega lo que tiene que llegar, se termina lo que se debe (o no) terminar, se alcanza ese sueño tan soñado: se crece sin pensarlo. Por eso, sólo hay que 'dejar ser las cosas', aprender de lo que se fue, amarrarse a lo propio, mirar, observar, analizar y disfrutar el hoy, pero, principalmente, no tener miedo a lo que vendrá. LET IT BE, dejar ser y estar esos momentos, si bien (nos) duelen o (nos) desbordan felicidad; a pesar de saber que se terminan (muy) pronto y mañana sean una incógnita: dejarlos estar, crecer, florecer y madurar. Tres palabras sabias: LET IT BE, hacen amar(nos) y odiar(nos) al mismo tiempo; palabras que (nos) dan Esperanza y Fe, Paciencia, Responsabilidad y Verdad. Porque siempre habrá una respuesta, siempre habrá un mañana (en éste o en otro mundo), siempre habrá algo para dejar ser. Así que, 2013, hoy TE DEJO SER, para que traigas lo que menos espero y lo que más anhelo, lo que ya no quiero y lo que eternamente sueño. 2013 traé todo...

te dejo entrar, te dejo estar, te dejo ser ..

Fracaso a mi manera

Yo se por qué fracaso tanto. Porque elijo mal, porque soy fiel a la primera palabra y porque me paso de buena mina. Porque soy ingenua y aún sigo confiando en la gente. Porque no escucho al resto, no sigo los consejos y me encierro en mi orgullo. Porque una y otra vez apuesto hasta lo que no tengo para poder ganar algo. Pero principalmente, porque sigo anclada a mis ideales y convicciones, y no los cambio por nada. Por eso fracaso. Y seguiré fracasando, porque no pienso cambiar. Soy así y creo que es bueno ser así. Aunque no me entiendan, aprendo de mis errores, saco mis conclusiones y modifico algunos de mis caracteres, pero en el fondo, bien en el fondo, sigo siendo yo, igual y tal cual al primer día que perdí una batalla. Aunque termine sola.. aunque siempre fracase..

..fracaso a mi manera

No me sale

La comunicación es una de las primeras cosas que aprendemos en la vida. La sociedad misma nos pone "una 22" en la nuca, obligándonos a dialogar: sino no somos nada. Pero lo curioso es que, en cuanto vamos creciendo, asimilando palabras y aprendiendo a hablar, menos sabemos qué decir o cómo pedir lo que queremos de verdad. Elegimos callar constantemente, por miedo, por cobardía, por falta de ánimo o escaces de ideas coherentes (o éso queremos hacernos creer). Dejamos de comunicar nuestros problemas, de gritar nuestros hastíos (de enamorar nuestras palabras). Es realmente curioso: lentamente nos vamos enmudeciendo, y aquellas primeras palabras que aprendimos a decir, "mamá" o "papá", se van convirtiendo en las últimas que pronunciamos. ¿ Será que con tantos verbos, adverbios, idiomas impropios, conjugaciones i programas de TV hemos perdido nuestra capacidad de diálogo ? Encuentro tantas excusas baratas para justificarlo, y otras no tanto. De todos modos, el problema sigue aquí, mirándome y sonriendo, bien calladito y escondido en el más allá de mis neuronas, inmóviles por no saber qué hacer.

tengo tanto para decirte, que no me sale

No te rindas

Si la vida te sorprende, si tus lágrimas te delatan una i otra vez, si sientes qe tu amor se esfumó por algún recoveco de tu historia, si sólo puedes ver como tu esperanza huye a otro mundo: NO TE RINDAS. Dale la vuelta a tu vida, como gira la ruleta: trescientos sesenta grados hacia el más allá. Busca la suerte, esqivando los golpes, soportando las caídas. Qe tu objetivo se convierta simplemente en "encontrar un nuevo camino, un nuevo motor, donde exista sólo una razón de peso para olvidar, para recuperar tu esperanza i tu fe". Cuando encuentres esa razón, no cometas los mismos errores, sé fuerte i paciente para conservar esa esperanza; tómalo con calma i ve hacia adelante, no pensando en el pasado ni en el mañana, sino viviendo este presente qe te alumbra nuevamente. SONRÍE Y SE FELIZ, porqe lo qe te pasa es por una sola razón

una SOLA, tu felicidad

Carta a mi misma

Vos flaqui, con esos ojos tristes, no te desalientes. Yo también me di cuenta que es difícil tener coraje en un mundo lleno de gente cobarde, pero no podés perder de vista todo. La oscuridad puede hacerte sentir muy pequeña, pero no te asustes. Yo veo tus colores verdaderos, que te iluminan a pesar de todo. Yo veo tus colores verdaderos, que te distinguen del resto de los colores. Asi que no tengas miedo de dejarlos verse, no te tengas miedo: tus colores verdaderos son colores de verdad. Vamos flaqui, cambia esa mirada, mirá más allá del vaso vacío, llenate de vida: pintate verde esperanza nuevamente. Con esos ojos, cristalinos y sinceros, enfretate a lo que venga. Aguantate la qe sea. No bajes los brazos, no te rindas, otra vez, no ! Dale flaqui, vales la pena: mostrale al mundo que la valentía es tu segundo nombre, que la paciencia es tu apellido, y que los VALORES -con mayúsculas- son tus mejores cartas. Vos, si vos, sos única e irrepetible. Sólo vos podés pintar de "color realidad" tus sueños. Vamos flaqui, no te desalientes: cambiá el color de tu mirada

"add-mirá" tus colores

Vivir marcada

Sólo tengo una razón por la cual estar así, tan loca: no quiero llegar al final de mi camino con las manos vacías, sanas y limpias. No quisiera darme cuenta que, luego de vivir mi vida, el fruto de mi todo fue la nada misma. Por eso es que pretendo dejar huella por donde qiera que vaya, gastar fuerzas hasta en lo más estúpido, sonreír cuando todos quieren que llore. Pretendo llegar cansada al final, pero Feliz, Plena, Completa. Harta de haber vivido, harta de haber luchado por todo lo que se me cruzó por el corazón. Pero principalmente, quiero llegar al final de mi vida con las manos marcadas, astilladas, ampoyadas, por cada caída, por cada pelea, por cada juego mal jugado. Quiero vivir una vida locamente feliz, quiero vivir en sí. Y arribar a mis últimos días, rodeada de mis frutos, transmitir mis experiencias y disfrutar de las marcas qe la vida quiso darme, de las marcas que no pudieron derrotarme. Porque aquel qe decida vivir sin desafíos, sin peleas, sin caídas, al final no vivirá. Aquel que quiera llegar al final de su camino con las manos vacías, sanas y limpias, ha decidido no vivir..

yo elijo vivir, loca, cada día de mi vida

97 caderas y yo

Tu teléfono es de total dominio popular y tu colchón tiene mas huellas que una playa en pleno verano

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Existieron 97 caderas en su vida.. 97 caderas: de todas una historia, de todas una anécdota.. De todas me habla, fue de todas: la leona cariñosa, la que pagaba por su amor, y las dos flores que se adueñaron de él. 97 pares de ojos, mas de 97 camas. De todas pero de ninguna, con todas pero al fin y al cabo solo: las del dúo de la traición, la que lo entendió y la que no, la que le hizo el amor por 1ª vez y la numero 73 -anda a saber quien-, la de una eternidad en un segundo, la de nunca pero que recuerda siempre. 97 caderas, 97 ni más ni menos.

Y ahora me toca ser la siguiente, llegó mi número a su vida. Mi turno, me toca jugar.. me toca a mí. Y no quiero ser un número mas, sé que no lo soy. 98 es número par, y por consiguiente se hace de a dos: 49+49. El 49 es la carne, dos cuerpos que se unen forman entonces el 98. Y aunque descubrí que es él otro número primo que forma nuestro número par: el 37 -el dentista-, la demostracion de la conjetura de goldbach fue destruida por su ingeniero favorito, y la realidad es así: estoy loca, soy mufa y matematicamente insoportable, pero quiero que sus números se detengan ahora: 98 y punto final, nadie mas.

Ahora sí, quedaron 97 huellas en su vida, y marca 97 recuerdos en la mía. Y no es que no quiera saber de ellas, pero

Si otros han sido tu escuela yo seré tu graduación:
cuando incluyas en la cama al corazón

Faltan sólo 2 para el 100, pero ¿para qué seguir sumando?

Y aun sabiendo que no eres el mejor partido ¿dime quien puede contra Cupido?

Saco boleto

Creo que las historias de amor son como los viajes en tren, casi siempre arrancan en el momento en que uno menos se lo espera, bajo el ojo impotente de muchos testigos, principalemente: tus amigos, que te saludan en el anden viéndote ir. Ellos miran el tren alejarse, con una sonrisa preocupada. Algunos piensan que estas cometiendo un error, y que no tenes los pies sobre la tierra, para la mayoría el tren se va a descarrilar con la primer tormenta. Pero comienzas tu viaje, nada te importa, y el gran amor cambia inevitablemente tu comportamiento. Desde el primer día hay que elegir bien: ¿asiento en el pasillo o contra la ventana?, hay que encontrar el buen lugar; vos decidís, ¿una historia de amor de primera o de segunda clase? En los primeros kilómetros no tienes ojos mas que para su cara, no aprecias el paisaje que pasa por su ventana. Te sentís vivo, te sentís liviano, no ves el pasar de las horas, estas tan bien. Pero la magia no dura mas que un tiempo y tu historia despliega sus alas. Vos te decís que no hiciste nada, y que es todo culpa del tren. El ronroneo de las vías te embriaga y cada curva te desanima: hace falta que te levantes, camines, para enlongar el corazón. Si no lo haces, el tren desacelera, y es el fin de tu historia...

Es verdad que las historias de amor son como los viajes en tren, y cuando veo a todos esos viajeros, a veces me gustaría ser uno de ellos. ¿Por qué crees que tanta gente espera en la cola de la estación? ¿Por qué crees que nos volvemos locos cuando estamos llegando tarde? Para muchos la vida se resume a tratar de subir al tren a conocer lo que es el amor y descubrirse plenos mientras tanto. Para muchos otros el objetivo es llegar a tiempo para que su viaje tenga éxito y acceder a la felicidad. Es fácil tomarse un tren, pero hace falta tomarse el bueno: los trenes son caprichosos y algunos inaccesibles. Hay algunos para los cuales los trenes están todo el tiempo de paro y sus historias de amor no existen mas que en sus sueños, y otros que se lanzan en el primer tren, sin prestar atención, e inevitablemente se bajan desepcionados en la próxima estación. Desde que paso mi tiempo en la cola, miro los trenes en la partida: hay puertas que se abren todo el tiempo, pero en la estación me siento excluida

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ahora ya estas prevenido.. la próxima vez te vas a tomar un colectivo

Pues vale

Y si, vale mas el sonido de la lluvia, que los gritos del delirio; una cerveza en tu cama, que un champagne en un hotel. Pues vale, vale mas un abrazo a escondidas, que un beso delante de tu hermana; salir a caminar, que quedarnos haciendo fiaca. Y es que vale mas el tiempo a tu lado, que los minutos perdidos esperando el colectivo; limpiar tu cocina, que acostarme en tu cama. Pues si, vale mas escucharte hablar, que perderme en tu silencio, conocerte al llorar, que las mentiras del "estoy bien". Pues vale, vale a lo gallego. Vale, mirarte a los ojos, que sentirte en mi piel; inundarme de todos nuestros mimos, que ahogarme en tanta fantasía. Y es que si, vale mas verte dormido, que tenerte enojado despierto; aprender de cada frase que me dices, que hacerme la sorda con tantas palabras. Vale mas estar a tu lado, que perder mi tiempo en la soledad; animarme a caminar contigo, que acobardarme con esta locura. Pues vale, vale a lo gallego, quererte hasta el cansancio, que tenerle miedo a esto que nos pasa.

y es que vale mas un "te quiero", que un "yo también"