25 de marzo de 2009

Saco boleto

Creo que las historias de amor son como los viajes en tren, casi siempre arrancan en el momento en que uno menos se lo espera, bajo el ojo impotente de muchos testigos, principalemente: tus amigos, que te saludan en el anden viéndote ir. Ellos miran el tren alejarse, con una sonrisa preocupada. Algunos piensan que estas cometiendo un error, y que no tenes los pies sobre la tierra, para la mayoría el tren se va a descarrilar con la primer tormenta. Pero comienzas tu viaje, nada te importa, y el gran amor cambia inevitablemente tu comportamiento. Desde el primer día hay que elegir bien: ¿asiento en el pasillo o contra la ventana?, hay que encontrar el buen lugar; vos decidís, ¿una historia de amor de primera o de segunda clase? En los primeros kilómetros no tienes ojos mas que para su cara, no aprecias el paisaje que pasa por su ventana. Te sentís vivo, te sentís liviano, no ves el pasar de las horas, estas tan bien. Pero la magia no dura mas que un tiempo y tu historia despliega sus alas. Vos te decís que no hiciste nada, y que es todo culpa del tren. El ronroneo de las vías te embriaga y cada curva te desanima: hace falta que te levantes, camines, para enlongar el corazón. Si no lo haces, el tren desacelera, y es el fin de tu historia...

Es verdad que las historias de amor son como los viajes en tren, y cuando veo a todos esos viajeros, a veces me gustaría ser uno de ellos. ¿Por qué crees que tanta gente espera en la cola de la estación? ¿Por qué crees que nos volvemos locos cuando estamos llegando tarde? Para muchos la vida se resume a tratar de subir al tren a conocer lo que es el amor y descubrirse plenos mientras tanto. Para muchos otros el objetivo es llegar a tiempo para que su viaje tenga éxito y acceder a la felicidad. Es fácil tomarse un tren, pero hace falta tomarse el bueno: los trenes son caprichosos y algunos inaccesibles. Hay algunos para los cuales los trenes están todo el tiempo de paro y sus historias de amor no existen mas que en sus sueños, y otros que se lanzan en el primer tren, sin prestar atención, e inevitablemente se bajan desepcionados en la próxima estación. Desde que paso mi tiempo en la cola, miro los trenes en la partida: hay puertas que se abren todo el tiempo, pero en la estación me siento excluida
.
ahora ya estas prevenido.. la próxima vez te vas a tomar un colectivo

2 comentarios:

Taty dijo...

Hola sabes! me encanta tu blog, dice cosas hermosas pero a la vez muy reales!
muxa suerte siempre en tu vida!
xa0o salud0os!

Anónimo dijo...

Esto es de hace muchísimo o.o pero bueno, igual comento xD
De verdad me encanto lo que escribiste. Es hermoso. * - * Estoy escasa de palabras.. y eso que escribir se me da mejor que hablar. Pero ahora estoy escasa.
Solo eso. :)


Suerte.

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